jueves, 8 de febrero de 2024

VENGO A CUMPLIR LO PROMETIDO, de las Revelaciones al Hno. Estanislao José



                 Hacía tiempo que mi Madre me había dicho que a imitación de Su Hijo, mi Hermanito, me encarnaría en Ella, como habla un hijo con su madre aquí en la tierra, le dije: 

               "Madre mía, ¿cuándo va a tener cumplimiento la promesa que me has hecho de que me encarnaré yo en Ti como Tu Hijo?" 

               Y Ella me contestó: 

              "Hijo Mío, esta promesa tendrá cumplimiento como ya te he dicho". 

               Llegó por fin el día señalado (el 16 de Abril de 1922, en el Noviciado de La Salle de Bujedo, Burgos); yo lo esperaba con ansias indecibles, y creyendo que esto se haría en la Sagrada Comunión, yo me preparé a ella con mucho fervor, pero nada se verificó; y yo estaba un poco triste, pero mi fe en nada había disminuido y al llegar por la tarde a la Bendición con el Santísimo, creyendo que entonces se cumpliría, pedí a mi Madre que se cumpliese lo prometido. 

               De repente veo salir del Sagrario una luz grande y muy resplandeciente, yo estaba un poco triste porque creía que la veían todos; y mi Ángel, conociendo mis intenciones y mi tristeza, me dice: "No temas, que no la ven otros que tú y nosotros".

               La tristeza desapareció y veo que la luz se dirige hacia mí; cuando llegó a la barandilla del coro, se paró y yo la miraba fijamente, cuando desaparece la luz y queda sólo una Señora hermosísima y me dice: "Yo Soy tu Madre y vengo a cumplir lo prometido". 

               Luego se acerca a mí y yo empiezo a hacerme pequeñín y me quedo como un niño recién nacido. Este era el hombre nuevo que había salido del viejo. Después que yo me había hecho tan pequeñín, el pecho de mi Madre parece abrirse y se abre de veras; en él se ve como un trono, me manda entrar a mí y yo… no sabía qué hacer; entonces una fuerza invisible me levanta y me pone dentro del pecho. Luego se cierra y yo quedo dentro… Y allí estoy.

               Ahora cada vez que veo a mi Madre, me dice: "Mira dónde éstas", y mirando me veo yo allí como un niño pequeñito, y cada vez un poco más crecido; aunque tiene el pecho cerrado no me impide verme. Ella me dice: "Aquí estarás tres años al cabo de los cuales Yo te daré a luz al mundo para que prediques bien a Mi Hijo. De Mí aprenderás la verdadera ciencia y Yo seré tu Maestra, como lo he sido de otros; tú eres Mi hijo muy amado en quien me he complacido".

               Yo le di gracias por todo, sin venirme la menor duda de que fuera ilusión, pero como me he propuesto en cada cosa que me pase, pedir prueba, aquí no me acordaba siquiera, y mi Madre, como es tan buena me dice: "Para que veas que esto es cierto, en adelante tu voluntad será la Mía y no querrás otra cosa que lo que Yo quiera, y de esto lo mejor, y lo cumplirás mejor aún que hasta aquí; tú mismo lo conocerás, si esto es verdad lo que he hecho en ti". 

               Todo según me lo dijo; al obrar siento que hay en mí alguien que obra, que no soy yo mismo, y al obrar es lo mejor lo que busco siempre, o más bien mi Madre me lo hace buscar.


"Hermano Estanislao José, un joven heroico desconocido"

Hno. Ginés de María Rodríguez f.s.c.


               Olimpio Fernández Cordero nació el 23 de Septiembre de 1903; vio la vida en Bustillo de la Vega, una pedanía de la provincia de Palencia (España). Desde muy pequeño dio claras muestras de una sincera piedad y de gran temor de Dios. Cuando estaba próximo a cumplir los 18 años ingresó en el Noviciado de Los Hermanos de La Salle de Bujedo (Burgos). Tornó su nombre por el de Estanislao José; según sus coetáneos siempre se comportó como un perfecto religioso. 

               Nuestro Señor y la Virgen Purísima se manifestarían a este joven consagrado para sumergirlo en una gran realidad sobrenatural: la Presencia de María Virgen en el Santísimo Sacramento del Altar, unida mística y realmente a Su Divino Hijo, desde que lo llevó en Sus entrañas virginales, hasta que los sostuvo entre Sus brazos tras el descendimiento de la Cruz, actuando así como Sagrario, Corredentora y Víctima junto a Nuestro Señor. 

               El Hermano Estanislao José murió en Griñón (Madrid), el 28 de Marzo de 1927, tras haberse ofrecido incesantemente como Víctima por el Reinado Eucarístico de los Sagrados Corazones. 

               "He leído casi de un tirón su Vida del Hno. Estanislao José. Me pregunto: ¿Por qué no se ha escrito y divulgado desde hace muchos años la heroica santidad de este Hermano? Ejemplar en los tres votos no canónicos como asimismo en las virtudes ejercitadas para cumplirlos... El mundo entero necesita “ver” vidas tan ejemplares como la del Hermano Estanislao José" (Nota introductoria a la biografía del Hno. Estanislao José escrita por el Padre Pelayo de Zamayón, O.F.M. C. Decano de la Facultad de Filosofía de Salamanca).



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