Ella, que aplasta al Dragón por Su Inmaculada Concepción y Su Maternidad virginal; Ella, que es glorificada hasta en Su cuerpo y que reina en los Cielos junto a Su Hijo; Ella domina como Soberana todos los tiempos de nuestra Historia, y, particularmente, el tiempo más temible para las almas: el tiempo de la venida del Anticristo, o aquel de la preparación de esta venida por sus diabólicos precursores.
María se manifiesta, no sólo como la Virgen poderosa y consoladora en las horas de angustia para la vida terrenal y corporal, sino especialmente en lo que la representa como la Virgen que socorre, fuerte como un ejército en orden de batalla, en los tiempos de devastación de la Santa Iglesia y de agonía espiritual de Sus hijos. Ella es Reina para toda la Historia del género humano, no sólo para los tiempos de angustia, sino también para los Tiempos del Apocalipsis.
Fray Roger-Thomas Calmel O.P.
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