Protección y sanación a través las reliquias
Las reliquias, en cuanto que son “restos” de los santos, constituyen un recuerdo permanente de su presencia y protección para los que nos encomendamos a ellos. Ya vimos como algunos cristianos pasaban pañuelos y ropas por el cuerpo de San Pablo, que después aplicaban a los enfermos, consiguiendo con ello su sanación. En otras ocasiones, la Historia de la Iglesia, nos enseña que las reliquias tienen además, la facultad de ahuyentar los espíritus malignos. De hecho, algunos exorcistas se valen de ellas para expulsar a los demonios; un claro ejemplo de este poder sobrenatural de las reliquias sobre las fuerzas del mal, es lo que le aconteció al Cura de Ars, San Juan Mª Vianney, cuando le llevaron una mujer poseída por un espíritu diabólico, a la cual sanó el Santo poniéndole sobre la cabeza un relicario (2).
Esa gracia protectora y sanadora de las reliquias, no es atribuible al santo al que pertenece la reliquia, sino que al igual que ocurre con los milagros, se debe a su intercesión ante Dios por nosotros.
2) “El Cura de Ars”, escrito por Francis Trochu. Se recoge en este libro, parte del Proceso Ordinario del Santo Cura de Ars, donde el Rvdo. Tailhades dice: “El Cura de Ars llevaba constantemente en el bolsillo un gran relicario de plata, con muchas reliquias de la Pasión y según creo, de algunos santos” (Página 1508).
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