"Santa Teresa va a ser mi Madre; el Escapulario, mi hábito; una celda de ocho pies cuadrados, todo mi universo. ¡Qué feliz soy! ¡Siento que voy a cumplir la Santa Voluntad de Dios!
¡Oh Jesús, amor mío, cómo quisiera demostrarles la felicidad que me das! Me atrevo a decir que, si la Fe no me enseñase que contemplarte en el Cielo es mayor gozo aún, no creería jamás posible que existiera mayor felicidad que la que experimento al amarte en la Eucaristía y al recibirte en mi pobre corazón, que tan rico es gracias a Ti!"
Padre Hermann Cohen
El Venerable Padre Agustín María del Santísimo Sacramento (Hermann Cohen) nació en Hamburgo el 10 de Noviembre de 1820 en el seno de una familia judía. A los cuatro años de edad manifiesta ya una asombrosa habilidad con el piano. En 1833 deja Alemania para trasladarse a París junto a Franz Liszt del que será discípulo privilegiado. Seguirán para él años de desorientación y desorden moral. Durante catorce años, el joven prodigio cede a las tentaciones más banales y a las seducciones del éxito.
En Mayo de 1847, mientras dirige un coro litúrgico, comienza en él un proceso de conversión influenciado por el culto a la Santísima Eucaristía. Hermann funda entonces en Francia la Adoración Nocturna del Santísimo Sacramento, en la Basílica de Nuestra Señora de las Victorias el 6 de Diciembre de 1848. Había sido bautizado el año anterior, el día 28 de Agosto de 1847, fiesta de San Agustín.
En 1849 entra en la Orden de los Carmelitas Descalzos, restaurada en Francia por el español Padre Domingo de San José después de los estragos de la Revolución Francesa. En el noviciado de Broussey toma el nombre de Fray Agustín María del Santísimo Sacramento. Fue ordenado Sacerdote en Abril de 1851, el joven fraile estará muy vinculado a la renovación de su Orden. Toda su vida está, desde entonces, consagrada a un amor ardiente al Santísimo Sacramento y a la Virgen María, a la que él llamaba “Madre de la Eucaristía”.
El Padre Agustín María del Santísimo Sacramento se consagra a la predicación con notable éxito. Su palabra entusiasta, profunda y elocuente, resuena en casi todos los púlpitos de Francia, y ante los más variados auditorios que serán conquistados por su entusiasmo y su humildad. Aunque quisiera vivir para siempre en el Desierto carmelitano fundado por él mismo no lejos de Lourdes (en Tarasteix), dos años antes de las apariciones de la Virgen, debe sin embargo recorrer Europa por orden de sus Superiores. Éstos le confiarán misiones importantes como la restauración del convento de Lyon (1859), donde ejerce de prior; la restauración de la Orden del Carmen en Inglaterra (1862); la fundación del convento de Bagnères (1856), etc.
En 1868, obtiene por fin la autorización para retirarse a su amada soledad pirenaica, lo que le permite conectar con los orígenes eremíticos del Carmelo. Desde su llegada al Desierto una grave enfermedad afecta a sus ojos. Peregrina entonces a la gruta de Nuestra Señora de Lourdes y allí será milagrosamente curado en 1868, diez años después de las Apariciones de la Virgen.
El Padre Agustín María fue nombrado Maestro de Novicios de su Provincia en 1870. Algunos meses más tarde parte a Berlín como Capellán de los prisioneros franceses, donde se desvivía por sus hermanos: en una epidemia de viruela, contrajo la terrible enfermad y murió el 20 de Enero de 1871 víctima de la Caridad.
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