viernes, 27 de abril de 2012

SOR MARÍA CONSOLATA BETRONE ( I )

   
   Pierina Betrone nació en Saluzzo (Cúneo, Italia) el 6 de abril de 1903. Desde muy pequeña estuvo inclinada a la piedad, soñando con ser algún día misionera, por eso, hasta en tres ocasiones intentó consagrarse en congregaciones de vida activa, pero siempre aparecieron impedimentos que cortaron de raíz sus buenas intenciones.


   Su confesor, el Padre Accomasso, le sugirió entonces entrar en el monasterio de Capuchinas de Turín. Pierina, obediente a la voz de su Director, solo acertó a decir "nada me atrae de las Capuchinas"; ingresó en el Monasterio el 17 de Abril de 1929, para tomar el hábito el 28 de Febrero de 1930, momento en el que tornó su nombre de pila por el de María Consolata.


   Fue precisamente en este día que se reveló el Sagrado Corazón de Jesús para rogarle: 


"Sólo te pido esto: un acto de amor continuo"

   A partir de ese momento, viviría una íntima unión con Aquél que es Rey y Centro de todos los corazones. Su nuevo nombre, Consolata, con el que empezaba su vida como esposa de Cristo, sería el eje de su vida: consolar al Sagrado Corazón de Jesús por tantos pecados e indiferencias. Por eso se resolvió a vivir penitente y abnegada por la Voluntad de Dios, pero oculta a los ojos del mundo ya aún a los de sus Hermanas Capuchinas.

   El 8 de Abril de 1934 hizo los votos perpetuos; fue fiel en sus diferentes labores como cocinera, zapatera y portera. El 22 de Julio de 1939, sería destinada a la nueva fundación capuchina de Moriondo Moncalieri, donde desempeñó las funciones de enfermera y secretaria.

   Su unión con el Sagrado Corazón de Jesús la llevó a convertirse en "Cirenea" de Cristo, que le reveló su dolor por un mundo cada vez más hundido en la ruindad y en la miseria del pecado. 

   Por eso, el Divino Corazón le enseñó un Acto de Amor sencillísimo que debía repetir frecuentemente, prometiéndole que cada vez que lo pronunciase salvaría el alma de un pecador y repararía mil blasfemias.

   Jesús, María, Os amo, Salvad las Almas

   En esa simple fórmula se condesaban los tres amores de todo cristiano: Nuestro Señor  Jesucristo, la Virgen Santísima y las almas por las que Cristo derramó Su Preciosa Sangre.

   El Sagrado Corazón le reveló además:

"Piensa en Mí y en las almas. En Mí, para amarme; 
en las almas, para salvarlas"
 (22 de Agosto de 1934).

   Nuestro Señor le explicó que ese Acto de Amor, debía recitarlo "Día por día, hora por hora, minuto por minuto" (21 de Mayo de 1936). Y ese mismo Divino Corazón le insistía:

"Consolata, di a las almas que prefiero un Acto de Amor a cualquier
 otro don que puedan ofrecerme; tengo sed de amor" 
(16 de Diciembre de 1935).




Continuará...



2 comentarios:

  1. Maravilloso hermanito! te ha quedado magnifico...es muy poco conocida esta admirable Hija de San Francisco y Santa Clara....cuando la conocí, le tomé un cariño muy grande, porque realmente fue una consoladora del Divino Corazón de Jesús...CON PALABRAS TAN SIMPLES...PODEMOS HACER UN ACTO DE AMOR! PARA REPARAR LAS AFRENTAS QUE RECIBE JESÚS Y PARA SALVAR ALMAS! +

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  2. ¡Magnífico!.. Idem anterior(Comentario Úrsula).Espero los que siguen.
    Cordial saludo en CRISTO.

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