COMPENDIO DE SANTAS INTENCIONES
"¡OH JESÚS MÍO! Yo quisiera a cada latido de mi corazón, tanto de día como de noche, cuando en ello pienso y cuando no pienso, quisiera poder hacer millones de millones de aquel Acto de Caridad perfectísima que me has enseñado.
Quisiera poder dar a millones de y millones de almas los Sacramentos del Bautismo, de la Confirmación, de la Penitencia y de la Comunión; quisiera poder hacer que todas ellas oyesen y oír yo mismo, otro tanto número de veces la Santa Misa; quisiera poder unir, con el Santo Vínculo del Matrimonio, a todos aquellos que no lo están, según dispone la Santa Iglesia Católica, Apostólica, Romana.
Quisiera poder consagrarte millones y millones de Almas Sacerdotales; quisiera poder dar otras tantas veces la Extremaunción a los pobres moribundos; quisiera poder hacer, oh Jesús mío, millones y millones de Comuniones Sacramentales y Espirituales y quisiera asimismo, celebrar y hacer celebrar igual número de veces la Santa Misa.
Quisiera que millones y millones de veces cayese sobre mi alma Tu Sangre Divina, por medio de la absolución sacramental; quisiera poder hacer y que todos hiciesen otros tantos millones de millones de actos de Fe, de Esperanza, de Caridad, de contrición perfecta, de adoración, de acción de gracias, de alabanza y bendición, de reparación, de recomendación y súplica, de confianza, de abandono, de humildad, de mortificación, de resignación, de conformidad por puro amor a Tu Divino querer, y, en fin, todas las virtudes.
Quisiera poder asistir a todos los moribundos, consolar a todos los afligidos, visitar, confortar y prestar mis cuidados a todos los enfermos, apartar de la desesperación a cuantos se desesperan; practicar yo y hacer que todos practiquen, las obras de misericordia, tanto espirituales como corporales.
Quisiera, oh Jesús mío, enseñar a todos a conocerte, amarte y servirte; quisiera enseñar a todos no sólo la virtud, sino también la fineza de la virtud, y sobre esto, oh Jesús mío, quisiera que toda mi vida no fuera otra cosa que un suspiro hacia Ti, único y sumo Bien de mi alma, a quien quiero amar, a quien quiero servir, a quien quiero glorificar con todas mis fuerzas, ayudadas y vigorizadas por Tu Divina Gracia durante toda mi vida. Así sea, así sea, así sea."
Este COMPENDIO DE SANTAS INTENCIONES, fue enseñado por Nuestro Señor a Sor Benigna Consolata Ferrero, visitandina italiana, muerta en olor de santidad en Como, el 1º de Septiembre de 1916. Con el Imprimatur del Card. Guistsola, Primado de Toledo, 26 de Septiembre de 1919.
(Extraído del "Vademécum propuesto a las almas piadosas y espirituales", de los escritos de Sor Benigna Consolata Ferrero, religiosa profesa de la Orden de la Visitación de Santa María)
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