lunes, 19 de julio de 2021

LA APOSTASÍA ACTUAL. BERGOGLIO: GOLPE MORTAL AL SECTOR DE LOS CONSERVADORES


El fundamento de la Caridad 
es la Fe pura e inmaculada

Papa Pío XI, Encíclica Mortalium animos




               Comencemos haciendo una clara distinción entre "católicos conservadores" y "católicos tradicionalistas": los primeros son aquellos que como bien indica el término, simplemente conservan, mantienen formas y estructuras aunque éstas sean superfluas o caducas; a los conservadores no les mueve el amor a la Verdad, sino un mero sentimentalismo por épocas pretéritas, edulcorado con buena mesa a la hora de comer y lana cashmere para la sotana. La Doctrina les importa en cuanto vaya relacionada con su status personal y con la liturgia; no cuestionan los cambios en materia de Fe o Doctrina: todo vale mientras Roma les siga permitiendo el carnaval... pero el sainete de encajes, forros azulados y bonetes en seda, llega a su último acto.




               Por contra, los tradicionalistas, alientan y transmiten el Alma Doctrinal, la Enseñanza perenne de la Santa Iglesia, la esencia de nuestra Santa Religión; a diferencia de los conservadores, los tradicionalistas no reparan en exceso en lo referente al ornato o a lo que es accesorio y por tanto, prescindible, sino que su lucha es por la Fe y por la Integridad del Dogma Católico. "Es indudable que perecerán eternamente los que no tengan Fe Católica y no la guardan íntegra y sin mancha..." (Credo Atanasiano)




              Aclarados los conceptos, señalemos ahora a los individuos de una y otra tendencia: los acomodaticios conservadores siempre buscarán el refrendo de la oficialidad, ser reconocidos canónicamente, aunque sea tan solo el placet de un Obispo de la otra parte del mundo, o conformarse con posar junto con un purpurado aficionado a la seda y a los encajes de guipur. Estos conservadores, juegan a ser tradicionales, pero aceptan sumisos los postulados y disposiciones anti católicas del Concilio Vaticano II; de vez en cuando asisten a cultos que resultan maravillosos a los ojos de los amigos de la estética; pero el incienso y los brocados de oro no disimulan el lisonjero sermón del celebrante, que en ocasiones ensalza figuras como "San" Juan Pablo II o cita documentos del actual "Pontífice" Francisco. Pobres ilusos: las palabras aduladoras de los sectores conservadores no han conmovido el corazón del montonero que ocupa la Sede Petrina...




               De esta manera, gracias al documento "Traditionis custodes", la Roma Apóstata que preside Bergoglio, pone aún más cortapisas a aquellos ingenuos que deseaban hacer "la experiencia de la Tradición". Almas confundidas que creían posible navegar contra corriente en una iglesia que ya no es Católica; de alguna manera, el "Papa" Francisco ha contribuido a separar el trigo de la cizaña, condenando a los conservadores  al puro ostracismo, a aquellos amigos del trapo, de los encajes y de las sotanas de buen paño, que ahora ven peligrar las capillas e iglesias donde correteaban su boato barroco; Roma ha dispuesto que cada Obispo diocesano disponga si en su diócesis, a capricho, si se puede o no celebrar la Misa de Siempre, quién puede hacerlo y en qué condiciones...

               La decisión de Bergoglio, nos ha reafirmado -una vez más- a los que mantenemos que la Sede de Pedro está Vacante, desde que fue usurpada desde 1958, por el filo masón de Angelo Roncalli, alias "el Papa Bueno". Estoy convencido que el estrangulamiento al que Roma somete -y que aumentará con el tiempo- a los institutos y congregaciones de corte "tradicional", ayudará a algunos a renunciar a la "resistencia", para dar el paso definitivo por la Fe Católica.

               De cierto, Jorge Mario Bergoglio, con su mediocre "magisterio" y sus continuos ataques a todo aquél que sea sospechoso de ser "demasiado católico", ha sido el primero en promover y alentar la opción sedevacantista... con su oratoria zafia y sus actitudes excéntricas, ha delimitado la senda de la neo iglesia del Vaticano II, y todo aquel que no siga esta línea será sospechoso de integrista o cismático, y por tanto, susceptible de ser defenestrado.




               Recemos pues, para que el Divino Espíritu Santo continúe guiando a la Iglesia, que aunque se mantiene viva en Catacumbas, permanece libre, Santa e indefectible; a la vez, demos gracias a Dios, que nos hace pasar por esta prueba de Fe, trance complejo y lleno de incomprensiones, de luchas aparentemente estériles, como una especie de Martirio incruento, pero que debemos aceptar y aprovechar para vivir en mayor intimidad con Jesús-María.

               Que el Todopoderoso, por intercesión de la Virgen Purísima, conceda el coraje y la fuerza suficiente a aquellas almas que de veras quieren abrazar la Verdad Católica. 


Padre Alfonso María del Santísimo Sacramento, O. Carm.



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