Sor Josefa Menéndez fue una humilde religiosa lega, casi analfabeta y que jamás destacó en nada; a su muerte -que ahora celebramos el centenario- el mundo entero conoció las enormes gracias que el Sagrado Corazón de Jesús quiso regalar a esta sencilla mujer, que escribió, por estricta obediencia, todo cuanto el Divino Salvador quiso compartir con ella a través de hermosas e íntimas confidencias; compiladas en un libro titulado "Un Llamamiento al Amor", recibirían no sólo la aprobación de la Iglesia, sino además, la recomendación particular del entonces Cardenal Eugenio Pacelli, luego Papa Pío XII.
Te animo pues a hacerte con un ejemplar de "UN LLAMAMIENTO AL AMOR" y que divulgues su lectura, como eficaz apostolado de quienes desean que el Corazón de Jesús sea más conocido y amado. Puedes adquirir (toca AQUÍ) un resumen del mismo libro en un folleto editado en Barcelona (España), por un precio muy económico, a fin de distribuirlo fácilmente entre otras muchas almas.
El Jueves 16 de Septiembre de 1920 el Divino Corazón se le vuelve a manifestar y le dice:
"Es preciso que Me busques almas en quienes pueda derramar tanto Amor. Las hallarás a fuerza de sufrir y amar. Tendrás que soportar muchas humillaciones, pero no temas: ¡estás en Mi Corazón!"
A pesar de sus dudas y de sus luchas el Amor Divino se va adueñando más y más de su alma. Escribe Sor Josefa: "Repetirle mi amor es lo único que me descansa y me despega de la tierra. Antes quería mucho a mi familia y a otras personas. Ahora es de otro modo. Creo que nada ni nadie puede llenar mi corazón y, casi sin darme cuenta, repito sin cesar: ¡Os amo, Dios mío! Esto me contenta y ayuda a hacer cosas que sin este amor no podría. A veces me absorbo en el trabajo y entonces, como un relámpago, pasa delante de mí aquel Corazón y me deja como incendiada para mucho tiempo."
Al día siguiente, Viernes 17 de Septiembre el Señor se le muestra con la Faz triste, atadas las manos y en la cabeza, una corona de espinas; el Corazón inflamado resplandece como un ascua.
"Esta es la Cruz que te doy" -dice presentando la que lleva en la mano- "¿La rehusarás?"
Josefa escribe: "Me da mucha angustia no poder contestar, pues el alma se me va hacia Él y se enciende en deseos de amarle; así que el no tener seguridad de que sea Jesús me llena de tristeza; por eso le suplico que desaparezca por completo."
Pero el Señor no escucha este ruego y vuelve, a pesar de todo. Así ocurriría el Domingo 19 de Septiembre de 1920. Josefa anota: "En la oración estaba discurriendo qué haría para aumentar mi amor, pues no puedo pensar en otra cosa. De pronto vi a Jesús con el Corazón abrasado, como siempre... Ese Corazón que me da tanta paz y fuerzas para sufrir."
"Si me amas estaré siempre a tu lado. Si eres constante en seguirme, triunfaré de tus enemigos, Me manifestaré a ti y te enseñaré a amarme."
Revelaciones del Sagrado Corazón de Jesús
a la mística española Sor Josefa Menéndez
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