Cuando en Mayo de 1917 comenzaron las Apariciones de Nuestra Señora en Fátima, la Virgen solicitó a los niños videntes que acudieran a Su encuentro el día 13 de cada mes; así lo cumplieron los pequeños los dos meses siguientes, pero el 13 de Agosto no hubo Aparición: el mismo día 13 de Agosto, mientras les esperaba una multitud en Fátima, fueron secuestrados y puestos a disposición del Administrador de Ourém, que por la fuerza quiso arrancarles el Secreto que Nuestra Señora les había confiado el 13 de Julio, sin conseguir que los niños se amedrentasen ante las amenazas del funcionario, que además era un reconocido masón.
Al mismo tiempo que los niños eran retenidos en Ourém, Nuestra Señora hizo acto de presencia en Cova de Iría, como lo había prometido a los pequeños videntes. Una de las casi veinte mil personas que se habían congregado allí para asistir a la Aparición lo narra así:
“Yo no sé qué hubiese sucedido si no escuchábamos el golpe del trueno (antes de cada Aparición se podía escuchar el sonido como de un trueno). Mucha gente estuvo horrorizada y algunos comenzaron a gritar que irían a morir. Todos comenzaron a dispersarse y alejarse del árbol (sobre el cual Nuestra Señora había aparecido tres veces), pero, por supuesto, nadie fue muerto. Después del golpe del trueno apareció un destello de luz y entonces pudimos ver una pequeña nube, muy delicada, muy blanca, que se detuvo por un instante sobre el árbol y que luego se elevó en el aire y desapareció.”
Pasados unos días, los niños fueron liberados de la autoridad civil; pese a las amenazas que recibieron durante el corto presidio, pronto olvidaron todo aquello y solo les preocupaba haber faltado a la cita con la Virgen el día 13.
De nuevo salieron a pastorear, y así, el Domingo 19 de Agosto, alrededor de las cuatro de la tarde, en la zona conocida como Valinhos, en la colina opuesta a Aljustrel, donde habían acontecido las visitas del Ángel, tiene lugar una nueva Aparición de Nuestra Señora. Lucía lo dejó reflejado en sus Memorias:
-¿Qué quiere de mí?
-Vengan otra vez a Cova de Iría el trece del mes que viene, y continúen rezando el Rosario todos los días. El último día Yo haré un milagro para que todos crean.
-¿Qué debemos hacer con las ofrendas que deja la gente en Cova de Iría?
-Quiero que hagan dos andas (para cargar estatuas) para la Fiesta de Nuestra Señora del Rosario. Quiero que tú y Jacinta lleven una de ellas con dos otras niñas. Vosotras dos os vestiréis de blanco. Y luego quiero que Francisco, con tres niños ayudándolo, cargue la otra. Los niños también han de vestir de blanco. Lo que quede de las ofrendas ayudará para la construcción de la capilla que ha de ser construida aquí.
Lucía luego preguntó por la curación de algunos enfermos, a lo que la Virgen respondió:
-Algunos los curaré durante este año
Luego, mirándonos con profunda tristeza dijo:
-Orad, orad mucho. Haced sacrificios por los pecadores. Muchas almas van al infierno porque no hay quien se sacrifique y rece por ellas.
Habiendo dicho esto se retiró como lo había hecho en otras ocasiones.
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(Aparición de Nuestra Señora de Fátima
el 13 de Julio de 1917)
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