Nuestra Señora señala como remedios fundamentales para el mundo contemporáneo la oración, la penitencia y la enmienda de vida. Es de estas tres posturas meramente espirituales que Ella hace depender la manutención de la paz, la preservación de Occidente contra la propaganda comunista y la supervivencia, por tanto, de la propia Civilización.
Podrán chocarse con esto muchos Católicos mal avisados, que colocan todas sus esperanzas en medios meramente humanos. Se figuran ellos que todo estaría a salvo el día en que la Iglesia estuviese fuertemente dotada de seminarios, universidades, periódicos, revistas, librerías, cinemas, teatros, obras de caridad y de asistencia social. En esta concepción, todo se reduce al ámbito meramente natural. La descristianización tiene como causa la insuficiencia de nuestros medios de propaganda y de acción. El día en que hubiésemos remediado esta insuficiencia, habremos vencido la descristianización. Mientras tanto, la Santísima Virgen se aparece en Fátima, y sobre todos estos medios de acción no dice una sola palabra.
En Fátima se inculca igualmente, con expresiva insistencia, la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús, que también ha sido puesta en la penumbra por cierta tendencia de espiritualidad muy en boga en nuestros días. El culto al Sagrado Corazón de Jesús fue considerado por todos los teólogos como una de las más preciosas gracias con que la Santa Iglesia ha sido confortada en los últimos siglos. Estaba destinado a reanimar en los hombres el amor de Dios entorpecido por el naturalismo del Renacimiento, por los errores de los protestantes, jansenistas, deístas y racionalistas. En el siglo XIX, fue por medio de esta Devoción que el Apostolado de la Oración produjo un admirable reflorecimiento de vida religiosa en todo el mundo. Y, como los males de que el Sagrado Corazón de Jesús nos debe preservar crecen día a día, es evidente que día a día se acentúa la actualidad de esta incomparable devoción.
No obstante, es necesario añadir que, con la agravación de los males contemporáneos, la Providencia como que quiso superarse a sí misma, señalando a los hombres como blanco de su piedad al Corazón de María, que de cierto modo perfecciona y lleva a su plenitud el culto al Sagrado Corazón de Jesús. Los estudios y la devoción cordimariana no son nuevos. Nos parece, sin embargo, que la simple lectura de los mensajes de Fátima demuestra con cuánta insistencia la Santísima Virgen los quiere para nuestros días.
La misión que Ella confió a la hermana Lucía fue especialmente la de quedarse en la tierra para atraer a los hombres hacia el Corazón Inmaculado de María. Varias veces esta Devoción es recompensada durante las visiones. Este Corazón Santísimo se presenta inclusive, en la Segunda Aparición, coronado de espinas por nuestros pecados, pidiendo la oración reparadora de los hombres. Nos parece que este punto como que compendia en sí todos los tesoros de los mensajes de Fátima.
Doctor Plinio Corrêa de Oliveira
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.