Jesús crecía cada día en sabiduría y gracia, y, a su ejemplo, crecía también San José en las virtudes domésticas.
San José se santificó en su oficio humilde, y María progresaba divinamente en la virtud, cumpliendo con toda exactitud lo que debía hacer en casa.
FRUTO: Ama la vida de casa y cumple bien los deberes de familia
JACULATORIA: San José, siervo y criado de Jesús, me hace encontrar a Jesús en mis obligaciones domésticas.
ORACIÓN: Oh Dios, que por inefable providencia te dignaste escoger a San José por esposo de tu Madre Santísima; concédenos, te pedimos, que merezcamos tener por intercesor en el cielo, aquel que veneramos en la tierra como protector. Vos que vivís y reináis por todos los siglos de los siglos. Amén.
JACULATORIA: San José, siervo y criado de Jesús, me hace encontrar a Jesús en mis obligaciones domésticas.
ORACIÓN: Oh Dios, que por inefable providencia te dignaste escoger a San José por esposo de tu Madre Santísima; concédenos, te pedimos, que merezcamos tener por intercesor en el cielo, aquel que veneramos en la tierra como protector. Vos que vivís y reináis por todos los siglos de los siglos. Amén.
TERMINAMOS rezando el Avejosefino:
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