En el transcurso de las Apariciones de la Virgen Santísima en Fátima, la misma Señora había anunciado el 13 de Julio de 1917: “Vendré a pedir... la Comunión reparadora de los Primeros Sábados”.
Años más tarde, cuando ya habían finalizado las manifestaciones de Nuestra Señora en la aldea portuguesa, Lucía, la mayor de los tres videntes de la Virgen, se trasladó a Tuy, en la provincia española de Pontevedra, donde tomaría el hábito religioso en la Congregación de las Hermanas Doroteas. Allí vivía entregada a Dios cuando la Virgen Santa quiso de nuevo aparecerse a la antigua pastora de Fátima, que en obediencia a sus Superiores, recogió por escrito esta nueva visita celestial, si bien lo narró en tercera persona:
"El día 10 de Diciembre de 1925, la Santísima Virgen se le apareció a ella, y al lado, suspenso en una nube luminosa, un Niño. La Santísima Virgen poniendo una mano en el hombro de Lucía, le mostró al mismo tiempo un Corazón que tenía en la otra mano, cercado de espinas. Al mismo tiempo, dijo el Niño: "Ten compasión del Corazón de Tu Santísima Madre que está cubierto de espinas que los hombres ingratos continuamente le clavan sin haber quien haga un acto de reparación para arrancárselas". Luego la Santísima Virgen le dijo:
"Mira, hija Mía, Mi Corazón, cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan continuamente con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que todos aquellos que durante cinco meses (consecutivos), en el Primer Sábado, se confiesen, reciban la Santa Comunión, recen la tercera parte del Rosario y Me hagan 15 minutos de compañía, meditando en los 15 Misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme, Yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación de sus almas"
Sor Lucía consultó a Nuestro Señor Jesucristo acerca de la confesión para los Primeros Sábados y preguntó si valía hacerla en los días previos al primer sábado; Nuestro Señor Jesús le reveló: "Sí; todavía con más tiempo, con tal que Me reciban en estado de gracia y tengan intención de desagraviar al Inmaculado Corazón de María".
¿Por qué dedicar cinco Sábados al Inmaculado Corazón de María?
Después de haber estado Sor Lucía en oración, Nuestro Señor le reveló la razón de los cinco sábados de reparación: "Hija mía, la razón es sencilla: se trata de 5 clases de ofensas y blasfemias proferidas contra el Inmaculado Corazón de María:
1- Blasfemias contra Su Inmaculada Concepción.
2- Blasfemia Contra Su Virginidad.
3- Contra Su Maternidad Divina, rehusando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres.
4- Contra los que procuran públicamente infundir en los corazones de los niños, la indiferencia, el desprecio y hasta el odio hacia la Madre Inmaculada.
5- Contra los que la ultrajan directamente en Sus sagradas imágenes.”
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