miércoles, 30 de enero de 2019

SAN JOSÉ, ayuda y apoyo de la Virgen y Jesús


              "Para que Dios sea más favorable a nuestras oraciones, y para que Él venga con misericordia y prontitud en auxilio de Su Iglesia, Nos juzgamos de profunda utilidad para el pueblo cristiano, invocar continuamente con gran piedad y confianza, junto con la Virgen-Madre de Dios, su casta Esposa, a San José; y tenemos plena seguridad de que esto será del mayor agrado de la Virgen misma..."

               "...Las razones por las que el bienaventurado José debe ser considerado especial patrono de la Iglesia, y por las que a su vez, la Iglesia espera muchísimo de su tutela y patrocinio, nacen principalmente del hecho de que él es el esposo de María y padre putativo de Jesús. De estas fuentes ha manado su dignidad, su santidad, su gloria..."



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               "...Ya que el matrimonio es el máximo consorcio y amistad —al que de por sí va unida la comunión de bienes— se sigue que, si Dios ha dado a José como esposo a la Virgen, se lo ha dado no sólo como compañero de vida, testigo de la virginidad y tutor de la honestidad, sino también para que participase, por medio del pacto conyugal, en la excelsa grandeza de ella. El se impone entre todos por su augusta dignidad, dado que por disposición divina fue custodio y, en la creencia de los hombres, padre del Hijo de Dios. De donde se seguía que el Verbo de Dios se sometiera a José, le obedeciera y le diera aquel honor y aquella reverencia que los hijos deben a sus propio padres. De esta doble dignidad se siguió la obligación que la naturaleza pone en la cabeza de las familias, de modo que José, en su momento, fue el custodio legítimo y natural, cabeza y defensor de la Sagrada Familia. Y durante el curso entero de su vida él cumplió plenamente con esos cargos y esas responsabilidades. El se dedicó con gran amor y diaria solicitud a proteger a su esposa y al Divino Niño; regularmente por medio de su trabajo consiguió lo que era necesario para la alimentación y el vestido de ambos; cuidó al Niño de la muerte cuando era amenazado por los celos de un monarca, y le encontró un refugio; en las miserias del viaje y en la amargura del exilio fue siempre la compañía, la ayuda y el apoyo de la Virgen y de Jesús."

Extractos de la Encíclica "Quamquam Pluries"




               Fue el devoto Papa León XIII, quien el 15 de Agosto de 1889, publicó la Carta Encíclica Quamquam Pluries; el Papa nos invitaba entonces a conocer e imitar la figura del varón que más amó a Nuestro Señor en la tierra. Al pie de la misma Encíclica quiso el Papa agregar una hermosa súplica a San José que hoy te comparto en la siguiente imagen. Léela varias veces, pues encierra muchos de los privilegios con los que Dios quiso honrar al que fuera Padre Adoptivo de Cristo Nuestro Señor. Además, está enriquecida con generosas indulgencias que se pueden aplicar a las Almas del Purgatorio, donde San José atiende de forma especial a las que le fueron más devotas en esta vida.





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