martes, 8 de diciembre de 2020

LA INMACULADA CONCEPCIÓN, la primera y exclusiva Obra de Dios, Patrona de España


Eres toda belleza, María

y el pecado original no está en Ti...



               Festejamos hoy el momento en que empezó a existir la Bienaventurada Virgen María, o mejor aún, el privilegio singular por el cual, desde el primer instante de Su Concepción, se vio, en virtud de los Méritos de Cristo, libre toda mancha de pecado original. Destinada para ser la Madre de Dios hecho carne, María debía verse totalmente inmune del dominio de la serpiente infernal, cuya cabeza había de aplastar, según la Profecía señalada en el Libro del Génesis.

             La Liturgia de hoy corrobora todos estos méritos y virtudes y los expone en la Epístola del Libro de los Proverbios (Cap. 8, vers. 22-35) "El Señor me poseyó desde el principio de sus caminos, antes que hiciera nada en el comienzo. Fui decretada eternamente, y desde el principio, antes que fuera hecha la tierra. Aún no existían los abismo y yo ya había sido concebida... el que me encontrare a mí, encontrará la vida y beberá la salud del Señor".


PATRONA Y PROTECTORA DE ESPAÑA


               A petición de Su Católica Majestad el Rey Carlos III, la Inmaculada Concepción de María fue proclamada Patrona y Protectora de los Reinos de España, el 25 de Diciembre de 1760, por el Papa Clemente XIII mediante la Bula “Quantum Ornamenti”. 

               El el 19 de Septiembre de 1771 el Rey Carlos III firmaba un Decreto por el que proclamaba Patrona de todos sus Reinos “a esta Señora en el Misterio de Su Inmaculada Concepción”. Esta disposición de Ley lleva por título “Universal Patronato de Nuestra Señora en la Inmaculada Concepción en todos los Reinos de España e Indias”.   

               También, a instancias de Carlos III, había concedido el Romano Pontífice que en las Letanías de la Virgen se añadiese a continuación de la invocación “Mater intemerata” la de “Mater Inmaculada”, el 14 de Marzo de 1766. 



El Rey Carlos III con el manto azul y blanco
de Gran Maestre y Soberano de la Orden que fundó 
con su nombre y que entre sus obligaciones constaba la 
defensa del Misterio de la Inmaculada Concepción


              Cuando el 19 de Septiembre de 1771 se instituyó la Real y distinguida Orden de Carlos III, se puso bajo la protección de María Santísima en su Misterio de la Inmaculada Concepción, declarándola Patrona de la Orden. Y conociendo el Rey que los graduados en Teología por la Universidad de Ávila no hacían de forma explícita el Juramento Inmaculista al tiempo de conferirles los grados académicos, ordenó "que todos los que recibieren grados en las Universidades literarias de estos mis reinos, o los incorporasen, hagan juramento de defender el Misterio de la Inmaculada Concepción, en la misma forma que se hace en las universidades de Salamanca, Valladolid y Alcalá."




DEFINICIÓN DEL DOGMA DE LA

INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA


                "...tan maravillosamente la colmó de la abundancia de todos los celestiales carismas, sacada del tesoro de la divinidad, muy por encima de todos los Ángeles y Santos, que Ella, libre siempre absolutamente de toda mancha de pecado y toda hermosa y perfecta, manifestase tal plenitud de inocencia y santidad, que no se concibe en modo alguno mayor después de Dios y nadie puede imaginar fuera de Dios.

               ...la Iglesia de Cristo, diligente custodia y defensora de los Dogmas a ella confiados, jamás cambia en ellos nada, ni disminuye, ni añade, antes, tratando fiel y sabiamente con todos sus recursos las verdades que la antigüedad ha esbozado y la Fe de los Padres ha sembrado, de tal manera trabaja por limarlas y pulirlas, que los antiguos Dogmas de la celestial Doctrina reciban claridad, luz, precisión, sin que pierdan, sin embargo, su plenitud, su integridad, su índole propia, y se desarrollen tan sólo según su naturaleza; es decir el mismo Dogma, en el mismo sentido y parecer.

               ...la Virgen Santísima es el Tabernáculo creado por el mismo Dios, formado por el Espíritu Santo, y que es verdaderamente de púrpura, que el nuevo Beseleel elaboró con variadas labores de oro, y que Ella es, y con razón se la celebra, como la primera y exclusiva Obra de Dios, y como la que salió ilesa de los igníferos dardos del maligno, y como la que hermosa por naturaleza y totalmente inocente, apareció al mundo como aurora brillantísima en su Concepción Inmaculada. 

               Pues no caía bien que aquel objeto de elección fuese atacado, de la universal miseria, pues, diferenciándose inmensamente de los demás, participó de la naturaleza, no de la culpa; más aún, muy mucho convenía que como el Unigénito tuvo Padre en el Cielo, a quien los serafines ensalzan por Santísimo, tuviese también en la tierra Madre que no hubiera jamás sufrido mengua en el brillo de Su Santidad...

               ...declaramos, proclamamos y definimos que la Doctrina que sostiene que la Beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de Su Concepción por singular gracia y privilegio de Dios Omnipotente, en atención a los Méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles... Por lo cual, si algunos – lo que Dios no permita – presumieren sentir en su corazón de modo distinto a como por Nos ha sido definido, sepan y tengan por cierto que están condenados por su propio juicio, que han naufragado en la Fe Católica y que se han separado de la Unidad de la Iglesia"


Bula Ineffabilis Deus, el Papa Pío IX,  

8 de Diciembre de 1854 (*)


NOTAS ACLARATORIAS

               * Cuatro años después, el 25 de Marzo de 1858, la misma Virgen en una de Sus Apariciones en Lourdes a Santa Bernardette Soubirous, se autoproclama como la Inmaculada Concepción. La Madre de Dios confirmaba así la Declaración del Dogma Católico.




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