martes, 9 de febrero de 2021

VISIONARIOS: LOS FALSOS PROFETAS DE NUESTROS DÍAS. Parte II: La Cruz Blanca. Antonio de la Santa Faz y sus "Confidencias"


"...puso Dios en la Iglesia, 

primeramente Apóstoles, 

luego profetas, lo tercero maestros, 

luego los que hacen milagros, 

después los que sanan, 

los que ayudan, los que administran, 

los que tienen don de lenguas..." 


I Corintios, cap. 12, vers. 27-28




La Cruz Blanca, en el municipio sevillano de El Palmar de Troya; 
desde finales de los años 70 es lugar de reunión de diferentes visionarios,
capitaneados por el Padre Arana y disidentes todos de la secta fundada por 
Clemente Domínguez y Gómez. Ninguna de las "profecías" allí anunciadas
se ha cumplido, sin embargo, y pese a la muerte del Padre Arana, algunos
han querido continuar con el festival de apariciones y mensajes celestiales; 
otros -como el caso de Antonio de la Santa Faz (también conocido como 
Alma pequeña)- han optado por imprimir sus "Confidencias" y repartirlas 
por doquier, sin contar ni tan siquiera con la supervisión de un Sacerdote.


               A mediados de los años 70, en la pedanía sevillana de El Palmar de Troya, un reducido grupo de fieles se escindía de la conocida secta "Iglesia Palmariana"; capitaneados por el sacerdote Félix María Arana Arenal, -ex claretiano primero y luego ex "Obispo" en el Palmar de Troya- constituirían un grupo compuesto en su mayoría por "videntes" que quedaron en segundo plano cuando Clemente irrumpió en El Palmar. Los seguidores del Padre Arana, no se alejan mucho de la secta, ya que seguirán reuniéndose junto a las murallas de la basílica del Palmar, en un rincón conocido como La Cruz Blanca

               El Padre Arana, hombre bueno pero demasiado crédulo en cuestiones sobrenaturales, quiso, sin mucho éxito, poner una nota de cordura en un grupo de "místicos" y visionarios, aglutinados allí desde las apariciones primitivas, que comenzaron en Marzo de 1968 y que pronto pasarían a ser lideradas por Clemente Domínguez, fundador de la rocambolesca secta del Palmar de Troya.

                Tal vez para contrarrestar el monopolio "aparicionista" de los "palmarianos", pronto empezaron a surgir nuevos "videntes" en el grupo del Padre Arana. Uno de estos fieles seguidores es Antonio López, más conocido como Antonio de la Santa Faz o "Alma pequeña" -como gusta ser llamado por su devotos- dirigido del Padre Félix Arana hasta el fallecimiento de éste en 2005. Hasta ese entonces, las presuntas locuciones de Antonio no eran más que simples pedidos a la oración y a llevar una vida de virtud, muy propio y repetido en las Apariciones que la Iglesia ha reconocido, como en Lourdes o en Fátima.

  



               Sin embargo, desde la muerte del Padre Arana, las "Confidencias" de Antonio de la Santa Faz han tomado una deriva altamente peligrosa para la Fe, puesto que se alejan de la Sana Doctrina y del Magisterio de la Iglesia, como probaré en éste y otros artículos.

                 Antonio escribe casi a diario las revelaciones que dice recibir en forma de locuciones interiores; para la tarea se vale de una vieja máquina de escribir, que teclea sin parar, aunque nunca falta alguna corrección de última hora, que resuelve torpemente a mano y con un rotulador grueso...

               No quiero pasar por alto este detalle de la máquina de escribir, ya que es rasgo muy común en los visionarios explotar al máximo su aparente pobreza, su supuesta falta de información o la ignorancia frente a otros videntes, cuando en realidad no son ni tan pobres, ni tan tontos como quieren aparentar. Obviamente exageran, fuerzan palabras toscas y presumen tener poca capacidad intelectual para así engañar mejor a los incautos que los siguen, que opinan que esas revelaciones provienen "de una inteligencia superior", que ellos "no son capaces de usar ese vocabulario ni tener esas ideas..."




               Basta con analizar algunos extractos de esas extensísimas "Confidencias" para comprobar que Antonio emplea expresiones vulgares, tipo "ojú Señó", "bufff" y demás interjecciones burdas, que lejos de parecer trato íntimo con el Altísimo, resultan ser a la postre auténticas faltas de respeto al Honor de Nuestro Señor. Así, podemos leer en esas "Confidencias" que Antonio ve a la Virgen mientras almuerza o se queja de que el Señor le despierte para escribir... situaciones grotescas y cuasi blasfemas, donde el Altísimo y la Virgen Nuestra Señora son tratados sin decoro ni cuidado alguno, que son cuestionados por el visionario y que jamás les llaman la atención o le piden que haga algún sacrificio, al contrario: le felicitan por lo bien que hace todo y le ruegan que no haga más de lo que puede (¡!). 

                Y es que Antonio, ha sido designado por la misma Virgen para ejercer como pastor de almas -según una "Confidencia" que comento en una de las imágenes que acompaña el texto- dejando así patente, su obsesiva idea de ser alguien tocado por la mano divina, que no necesita de la guía de un Sacerdote, sino que él mismo es el que guía a los demás, con el respaldo de sus "Confidencias", que vienen a ser una especie de quinto evangelio para sus seguidores. Antonio se ha convertido de facto en un gurú, en un chamán, en una especie de iluminado, como lo fueron tantos herejes que han existido en la Historia dos veces milenaria de la Iglesia.

               En este y en futuros artículos demostraré la falsa piedad y el nulo amor a la Tradición Católica que tienen esta clase de farsantes, que se barnizan como Católicos y piadosos cuando en realidad aborrecen la Doctrina y solo buscan notoriedad y dinero.


BREVE ANÁLISIS DE  

ALGUNAS "CONFIDENCIAS" 

que dice recibir Antonio de la Santa Faz 

(También conocido como Alma pequeña)

Sevilla - España


DEBIDO A LOS MUCHOS ESCRITOS

de este visionario, he preferido dividir en dos partes este análisis: 

hoy serán las "Confidencias" que demuestran el ego superlativo 

de Antonio López; en unos días, aquéllas otras que predican 

gravísimos errores y faltas a la Doctrina Católica. De antemano 

pido disculpas por las diversas ironías que he empleado a la hora 

de comentar estas abyectas manifestaciones, que carecen, 

de principio a fin, de cualquier cariz sobrenatural























Seguro te interesará leer también

VISIONARIOS: LOS FALSOS PROFETAS. Parte I: 

La Revelación Pública y las revelaciones privadas. 



   NOTAS


        1   Evangelio de San Juan, cap. 20, vers. 39




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