LA VIEJA HEREJÍA DEL MILENARISMO
omnipresente en las "Confidencias"
de Antonio de la Santa Faz (Visionario de Sevilla)
Fue el gnóstico Cerinto, quien hacia fines del siglo I, proclamó la llegada de un espléndido reino, presidido en persona por Nuestro Señor, aquí en la tierra, reino que Él establecería con los santos elevados en Su Segunda Venida y que duraría mil años, de ahí el nombre de la herejía, también conocida como quiliasmo.
Basaba esta errónea idea por una mala interpretación de lo que dejó escrito el Apóstol San Juan en el Libro del Apocalipsis: "Vi que resucitaban y reinaban con Cristo mil años..." (cap. 20, vers. 4)
La Fe Católica que nos viene directa de los Apóstoles enseña que la Segunda Venida de Cristo será gloriosa, visible para todos y DEFINITIVA. Marcará el Fin de la Historia y del Tiempo. Toda la humanidad será juzgada. La almas de los buenos irán al Cielo y las de los condenados irán con los demonios al Infierno. NO SERÁ por lo tanto UNA VENIDA TEMPORAL, NO HABRÁ UN REINO TEMPORAL DE 1000 AÑOS. Esta Verdad de Fe Católica descarta no solo la herejía del milenarismo sino también el concepto del "rapto" que se ha hecho popular entre los fundamentalistas protestantes.
La Iglesia enseña que los justos, los que se salvan, entran en la Bienaventuranza Eterna inmediatamente después de la muerte, de modo que no queda espacio alguno para un período intermedio sobre la tierra, durante el cual se interrumpiría la visión beatífica de Dios (Ver II Corintios, cap. 5, vers. 6 - 10)
"En un momento, en un cerrar de ojos, en la última trompeta, pues sonará la trompeta y los muertos resucitarán incorruptos" (I Carta de San Pablo a los Corintios, cap. 15, vers. 52) Se trata de todos: justos y réprobos, que resucitarán simultáneamente, unos para el Cielo, otros para el tormento eterno.
Santos Doctores de la Iglesia, cuya doctrina es segura, tales como Orígenes, su discípulo Dionisio el Grande, San Jerónimo y San Agustín, se mostraron contrarios al milenarismo y combatieron con vehemencia contra esta herejía.
"...el último espacio de mil años -enseña San Agustín- debe ser entendido como refiriéndose al fin del mundo; en todos los casos, el Reino de Cristo, del que el Apocalipsis habla, sólo puede ser aplicado a la Iglesia..." (De Civitate Dei, XX 5-7)
A pesar de las reiteradas condenas que tuvo en sus inicios, la errónea idea del Milenarismo floreció puntualmente en siglos posteriores, siempre asociada a herejes como los "Fraticelli", en el siglo XIV y los "Taboritas" -discípulos del hereje Juan Hus- en el XV. La idea del reino milenario de Cristo en la tierra le pareció también errónea a Lutero y a Calvino, que la tomaron por pueril e indigna de ser rebatida siquiera. A lo largo del siglo XIX, la volveremos a encontrar en líderes protestantes como Joseph Smith, fundador de los Mormones, (que profetizaba la llegada del milenio mientras él estuviera vivo) y en sectas como los Testigos de Jehová y los Adventistas del Séptimo Día.
"El sistema del milenarismo, que enseña que según la Revelación Católica Cristo el Señor, antes del Juicio Final, vendrá a esta tierra para reinar corporalmente no puede ser enseñado con seguridad..." (Carta de la Congregación del Santo Oficio a los Obispos de Chile, en 1942 y confirmada en 1944, referida a las ideas milenaristas del Sacerdote chileno Manuel Lacunza, en su obra "Venida del Mesías en gloria y majestad", publicada bajo el pseudónimo judío de Juan Josafat Ben-Ezra, obra condenada por Roma, que la colocó en Índice de libros prohibidos). En la misma misiva el Santo Oficio instaba a los Prelados chilenos a "vigilar que tal doctrina no sea enseñada con cualquier pretexto, ni propagada, defendida, recomendada, de viva voz o por escrito."
A partir de un Decreto del Papa Pío XII, en Julio de 1944, la Iglesia condena la idea de que Cristo vaya a reinar visiblemente durante un milenio. El Papa Pío XII, siguiendo la Tradición de la Iglesia y fiel a la correcta interpretación de las Sagradas Escrituras, afirma que Cristo vendrá físicamente sólo en su Parusía, para derrotar al Anticristo y realizar el Juicio a las Naciones, después de lo cual subirá nuevamente a los Cielos para quedar reinando desde la Eucaristía, ahora sí de manera plena, íntegra y universal.
BREVE ANÁLISIS DE
ALGUNAS "CONFIDENCIAS"
que dice recibir Antonio de la Santa Faz
(También conocido como Alma pequeña)
Sevilla - España
DEBIDO A LOS MUCHOS ESCRITOS
de este visionario, he preferido dividir en dos partes este análisis:
en el artículo del pasado 9 de Febrero, expuse algunas de las "Confidencias"
que demuestran el ego superlativo de Antonio López; hoy quiero centrar
la atención del lector en aquellas donde el visionario expone sin complejo
la herejía del Milenarismo, o reinado temporal de Cristo por mil años,
antes del Juicio Final; idea que -como he aclarado en líneas anteriores-
fue condenada reiteradamente por la Santa Madre Iglesia, pero que
"Antonio de la Santa Faz" insiste en presentar como una novedad
revelada directamente por Cristo Nuestro Señor en sus "Confidencias"
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