EL DEMONIO Y EL NOMBRE DE JESÚS
El peor mal, el más grave peligro que nos amenaza a cada uno de nosotros todos los días y todas las noches de nuestras vidas es el diablo.
San Pedro y San Pablo nos avisan en el más fuerte lenguaje tener cuidado con el diablo, está usando todo su tremendo poder, su gran inteligencia, para arruinamos y hacemos daño en todas las formas. No hay peligro, ó enemigo en el mundo que temer como deberíamos temer al diablo.
Él no puede atacar a Dios, así que vuelve todo su implacable odio y malicia contra nosotros.
Nosotros estamos destinados a ocupar los tronos que él y los otros malos ángeles perdieron y eso le anima su furor. Muchos tontos e ignorantes católicos nunca piensan en que el diablo les provoque infinito daño y les cause indecibles sufrimientos.
Nuestro mejor, y más fácil remedio es el Nombre de Jesús. Echa al demonio volando de nuestro lado y nos salva de innumerables males.
Oh, queridos lectores, decid constantemente este Poderoso Nombre y el demonio no podrá haceros daño.
Decidlo en todos los peligros, en todas las tentaciones. Despertad, si habéis estado durmiendo. Abrid los ojos al terrible enemigo que está siempre acechando vuestra mina.
Sacerdotes deberían de predicar en este importante asunto. Tendrían que avisar a sus penitentes en el confesonario en contra del diablo. Aconsejen a la gente como evitar malas compañías , que puedan encaminarles a llevar malas vidas. La influencia del demonio es incomparablemente más peligrosa aún.
Maestros, catequistas y madres deberían constantemente avisar a sus niños en contra del diablo, ¡aún así, todos sus esfuerzos serían pocos!.
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