"...no os aflijáis, si sufro mucho y si no veis en mí, como ya os he dicho, ninguna señal de felicidad en el momento de mi muerte. Nuestro Señor murió ciertamente Víctima de Amor, ¡y ya veis qué agonía fue la suya"; "Nuestro Señor murió en la Cruz entre angustias, y sin embargo la Suya fue la más hermosa Muerte de Amor".
Jesús quiere hacernos beber Su cáliz hasta las heces dejando a nuestro padre querido allá abajo. No le neguemos nada. ¡Tiene tanta necesidad de amor y está tan sediento, que espera de nosotras esa gota de agua que pueda refrescarlo...! Demos sin medida, que un día él dirá: "Ahora me toca a mí"
¡Suframos con amargura, sin ánimos! Jesús sufrió con tristeza. Sin tristeza, ¿cómo iba a sufrir el alma?. ¡Y nosotras quisiéramos sufrir generosamente, grandiosamente...!
Sí, yo quería que mi rostro, como el de Jesús, estuviera verdaderamente escondido, y que nadie en la tierra me reconociese. Tenía sed de sufrir y de ser olvidada...
¡Pobres mujeres! ¡Qué despreciadas son...! Sin embargo ellas aman a Dios en un número mucho mayor que los hombres, y durante la Pasión de Nuestro Señor las mujeres tuvieron más valor que los apóstoles, pues desafiaron los insultos de los soldados y se atrevieron a enjugarla Faz adorable de Jesús...
¡Jesús está ahí con Su Cruz! Al privilegiarte con Su Amor, quiere hacerte semejante a Él. ¿Por qué te vas a asustar de no poder llevar esa cruz sin desfallecer? Jesús, camino del Calvario, cayó hasta tres veces, y tú, pobre niñita, ¿no vas a parecerte a tu Esposo, no querrás caer cien veces, si es necesario, para demostrarle tu amor levantándote con más fuerzas que antes de la caída...?
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